Hemeroteca

1999 (13 Novembro).

El Correo Gallego. (Mercedes Rozas, crítica de Arte)

Los diferentes matices de lo natural

Ánxel Fole abordó el tema de la naturaleza en este país, entonando con una prosa lúcida y espontánea todos los atributos de su esencia.’El escritor de los árboles’ arrancó en sus palabras la luz y las tonalidades de los robles y de los castaños en otoño, y supo transcribir las ‘cantigas’ de los pájaros en plena primavera. Con él la realidad del paisaje adquiere serenamente el valor de lo protegido e invulnerable. Para Fole como para otros muchos creadores de la palabra, y también de la pintura, la naturaleza es el germen de su obra.

En uno de sus textos aseguraba que en la literatura gallega “hai moita paisaxe, tanto no verso como na prosa”. Este apunte era ratificado en el campo de la pintura al seleccionar a varios artistas gallegos, Avendaño, Lloréns, Maside, Torres y Colmeiro, porque en sus cuadros, “Galicia tamén é a súa paisaxe”.

La naturaleza ha sido la musa de muchos estilos, de muchas obras que han acaparado la estética viva que se le ofrece ante sus ojos. Todavía hoy sirve de estímulo para autores que son capaces de apreciar el agasajo que supone el concierto de colores y materiales y atraparlos en el ‘paisaje’ imaginario de sus creaciones.

Se revive una percepción de sensibilidad ante la trama de lo natural en cada una de las piezas que Antón Mouzo presenta en la Casa de la Parra. El montaje de la muestra va llevando al espectador hacia cada uno de los elementos que la conforman y que aportan los diferentes matices y texturas de la superficie; son las micas, los latones, la madera o el papel artesano los que dan sentido a la imagen.

Pero en estas composiciones es importante el componente pictórico; el acrílico y el óleo se introducen como nexo constructivo, dando forma a toda una explosión de cromatismo y la materia pictórica se vuelve moldeable, formando capa tras capa la frondosidad ilusoria de un vergel. Se recupera en esta muestra lo esencial del entorno verde y se registra plásticamente convirtiéndolo en visualizaciones azules, rojas, blancas, marrones… En un ejercicio de apariencias las imágenes simulan ser lo que no son; de esta forma, las hojas amarillentas y caídas, lo mismo que los árboles o la infinitud de las flores pertenecen al mundo del metal o la pintura; su exuberancia emana de la propia materia que se manipula.

En este acertado montaje se aprecia como el paisaje se convierte en el mejor aliado para expresar ideas. Este artista gallego torna visible fragmentos de una realidad cognoscible, intentando reflejar al mismo tiempo lo imperceptible. Cuando Monet a finales del siglo pasado codició abarcar lo efímero, organizó una expedición a Escandinavia para usurpar de aquel paisaje todo lo que pudiera ser imperceptible; los efectos que descubre los traslada a varios cuadros en los que logra pintar ‘el aire’. En la Casa de la Parra de Santiago, Antón Mouzo, como aconteciera al pintor francés, semeja que ‘il veux l’impossible’.

Follas de mica (detalle), 1999

2000

“III Exposición Arte e Solidariedade” (Proxecto Home).

Colectiva itinerante por diversas cidades galegas: A Coruña, Ferrol, Lugo, Ourense, Pontevedra, Santiago de Compostela e Vigo.

Catálogo. Obra aportada por Antón Mouzo: Sen título, 1999, acrílico e mica sobre tea, 46 x 33 cm.


2000 (5 Setembro–1 Outubro)

Exposición colectiva “Diálogos co silencio”.

San Domingos de Bonaval, Santiago de Compostela.

Capitalidade Cultural do 2000.

Catálogo. Antón expón a instalación “Vanitas”, 2000. Técnica mixta. Pintura, mica, papel reciclado e espellos.